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Javier Enrique García, en defensa de los primates.

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Date

2018-02-25

Authors

Olaya Dávila, Alejandro
Cortes, Ulia Yemail
López Betancourt, Juan
Pineda Osorio, Sandra
Suárez Jaramillo, Natalia

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Publisher

Colciencias

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Este joven biólogo de la Universidad Nacional de Colombia hizo parte de una expedición científica que, en el año 2008, descubrió una nueva especie de tití. Se trata del zogui-zogui, también conocido como mico bonito o Plecturocebus caquetensi. Estuvimos con él en su natal Florencia (Caquetá) para empezar una nueva temporada de La Ruta de la Ciencia. Durante diez años, la experiencia de Javier García se ha concentrado en la Amazonía colombiana, en proyectos de educación ambiental, zoología, ecología y biología de la conservación. Sus inventarios de mastofauna, su conocimiento taxonómico de la fauna silvestre amazónica y el énfasis especial en la conservación de primates, lo han convertido en uno de los más comprometidos en el cuidado del Caquetá y su ecosistema, cada día más amenazado, entre otras causas, por la explotación petrolera, la ganadería extensiva y los cultivos ilícitos. El descubrimiento para la ciencia de una nueva especie no es sencillo. Para comprobar que no se había registrado su existencia, hacen falta estudios genéticos y un amplio trabajo de campo, por ejemplo, analizando el comportamiento un animal. El caso del zogui-zogui sucedió en 2008, tras la salida de los grupos paramilitares de una zona del Caquetá, cuando el profesor Thomas Defler decidió adentrarse en la selva para ratificar unas sospechas que se tenían hacía varias décadas sobre la existencia de un primate desconocido. En principio se le dio el nombre científico de Callicebus caquetensis. Después de varios descubrimientos en la biología molecular del mono, de la mano con la doctora Marta Lucía Bueno, su nombre fue modificado por Plecturocebus caquetensis, en homenaje al departamento y al río Caquetá. Los hallazgos de Javier García, cuando todavía era un estudiante, lo llevaron a concluir que el mico bonito (que tiene el tamaño de un gato y se distingue por su barba roja y la manera de vocalizar con la que marca su territorio) se encontraba en una situación crítica de conservación, entre los 25 primates más amenazados del mundo. “Esa lista es una deshonra. Son las especies más cercanas a extinguirse. Y, por lo tanto, debería ser una prioridad en el país evitar que se pierda”, dijo en su momento Javier García, que hoy es profesor en la Universidad de la Amazonía y director territorial en la Amazonía de la Fundación Herencia Natural. Javier Enrique García Villalba también fue uno de los científicos que recorrió el camino Andakí, entre Huila y Caquetá, donde los Andes se convierten en la Amazonía y se esconde una biodiversidad que había estado oculta por cuenta del conflicto armado de Colombia.

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