Publication: Programas de formación de maestros e imaginarios de infancia.
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Date
2003
Authors
Rincón Berdugo, Cecilia
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Abstract
La presente investigación, orientada al conocimiento y las posibilidades de modificación académica del imaginario de infancia, niño y niña como fundamento para la construcción de una pedagogía que permita orientar nuevas propuestas de formación de maestros para preescolar y básica primaria, requiere de ser abordada desde una perspectiva interdisciplinaria, es decir, que en el objeto de estudio se articulan interrogantes cuyas respuestas se encontrarán involucrando diferentes disciplinas como: La teoría sobre los imaginarios, la pedagogía y la lingüística, entre otros.
La importancia estratégica que ha cobrado la infancia y la niñez desde la segunda mitad del siglo XX sustenta la relevancia general de está investigación. El término infancia tiene distintos significados los cuales han ido evolucionando históricamente. La infancia es un concepto moderno que intenta universalizar una síntesis de dimensiones (edad, dependencia de ciertos cuidados y formas de trato, particulares necesidades educativas, formas de aprendizaje y desarrollo de facultades, entre otras) todo lo cual aparece en relaciones comprensibles desde una mirada cultural. El concepto de infancia lucha con la diversidad poblacional (la niñez de cada grupo o cultura) e individual, cuyas peculiaridades no son superfluas sino significativas y esenciales puesto que constituyen elementos de identidad y diferencia, de construcción subjetiva, de experiencia y de sentido de vida.
En esta misma perspectiva para la teoría pedagógica moderna, la niñez representa su punto de partida y su punto de llegada. La pedagogía ha sido siempre portadora de conceptualizaciones sobre la infancia, podemos encontrar en su producción discursiva, diversos imaginarios de ella.
Durante mucho tiempo la educación y la pedagogía asumieron la infancia como una categoría que sitúa invariablemente al niño en el centro de los procesos de enseñanza y de las prácticas pedagógicas, pero la pedagogía no se había preguntado por la historia del concepto infancia, por sus matices, por sus continuidades, discontinuidades, desplazamientos y rupturas. Se puede decir, que antes de siglo XIX, para la pedagogía la infancia, el niño y la niña eran considerados como objetos inmutables y ahistóricos.
En este trabajo se asume entonces, la pedagogía como un saber que piensa acerca del acto de educar, lleva implícito la formación de personas que crean y construyen saberes para interpretar y transformar la realidad del individuo y de su colectividad. Es decir, existe pedagogía en el momento en que la intención explícita de forma o de educar a una persona o un grupo social, implica un análisis sistemático y organizado de las acciones que este acto presenta dentro de un contexto social y cultural, históricamente situados.
El otro enfoque a tener en cuenta es el que reconoce a la pedagogía como la disciplina que conceptualiza, aplica y experimenta los conocimientos referentes a la enseñanza de los saberes específicos en las diferentes culturas. En ambas instancias tanto en la educación en general y la enseñanza en particular la pedagogía las organiza, las sistematiza, las cuestiona y propone contradicciones pues al reflexionar sobre ellas, las desorganiza y les hace crisis, haciendo más evidente la necesidad de que el pedagogo anticipe e intuya los escenarios en los que se desenvuelve para desde allí generar transformaciones.
La práctica docente, como se denomina comúnmente es asumida como una práctica pedagógica intensiva, efectuada por el futuro docente en espacios y tiempos definidos en el proceso de formación profesional, promueve en sus actores un desarrollo tanto discursivo sobre un saber específico, como la posibilidad de apropiación y adecuación de procesos didácticos. Está práctica pedagógica intensiva se caracteriza por una realización experiencial, llevada acabo en los diferentes contextos de la futura acción pedagógica laboral, experiencia sustentada en las teorías vistas.