Vélez U., Fabio2024-02-062024-02-062002-06https://repositorio.minciencias.gov.co/handle/20.500.14143/506171 documentoCuando se dice que el imán atrae al hierro porque tiene fuerza magnética o que los cuerpos rebotan después del choque porque tienen fuerza elástica, se está recurriendo a virtudes o potencialidades ocultas que nada dicen al entendimiento, pues, ¿en qué pueden consistir dichas fuerzas y cómo obran sobre los cuerpos? El propósito de Descartes es construir un sistema explicativo de los fenómenos naturales admitiendo solamente aquellas nociones que son perfectamente inteligibles, tal como sucede en la geometría. Al principio creó Dios la materia con una determinada cantidad de movimiento y de reposo. Pero lo que Dios quiso al principio, lo quiere para siempre. De aquí se sigue que la cantidad de movimiento permanece constante en el universo. Pero nuestro universo no es estático, unas partes empujan a otras, comunicándoles tanto movimiento como pierden. De esta forma, a partir de la inmutabilidad divina, deduce Descartes el principio de conservación de la cantidad de movimiento, entendiendo por cantidad de movimiento el producto de la masa y de la velocidad. Se trata evidentemente de una cantidad escalar, no vectorial.PRÓLOGO 4 INTRODUCCIÓN 6 CAPITULO 1 : DESCARTES 12 CAPITULO 2 : LEIBNIZ 41 CAPITULO 3 : MALEBRANCHE 71 CAPITULO 4 : MARIOTTE 116 CAPÍTULO 5 : CARRÉ 135 CAPÍTULO S : HUYGENS 155 EPÍLOGO 175 ANEXOS 180212 p.application/pdfspaEl principio de conservación del impulso y las leyes de la comunicación del movimiento en el siglo XVIIInforme de investigaciónProyectos de investigacióninfo:eu-repo/semantics/openAccessAtribución 4.0 Internacional (CC BY 4.0)LeibnizMalebrancheMariotteLeyes de comunicación